Involucrando la espiritualidad en los estudios

Cultivar nuestra espiritualidad debería ser tan importante como cuidar nuestra salud física y mental. La espiritualidad es esa conexión que tenemos con algo o alguien más allá. Sin embargo, esta es una relación que no nos ayuda si no la aplicamos a nuestra vida interior.

Mediante la espiritualidad, buscamos estrategias que nos ayuden a conectar con algo más allá y eso provoca reflexión y aprendizaje. La espiritualidad nos permite encontrar propósito y sentido a través de la fe y la esperanza. Además, nos permite descubrir quiénes somos y en qué nos iremos transformando como consecuencia de nuestras acciones y comportamientos actuales. 

Muchas personas confirman cómo sus relaciones con los demás, consigo mismos/as y con la vida han mejorado inmensamente desde que comenzaron a ejercitar su espiritualidad. Esta nos provee un estado de paz, confiados en que todo pasa por algo y todo se va a solucionar de una manera u otra. Por esto, las personas espirituales suelen tener mejor manejo de las situaciones difíciles. 

A pesar de que nuestra sociedad promueve la aplicación de la espiritualidad en nuestro diario vivir, es poco común escuchar a una persona involucrar ésta en sus estudios. En este artículo podrás encontrar algunas técnicas para aliviar el estrés académico a través de tu espiritualidad.

1. El primer paso es aceptar que la espiritualidad es una parte esencial de nuestras vidas y dar la bienvenida con brazos abiertos a todas las respuestas que ésta podrá contestar, pero también a todas las preguntas que surgirán. Hacernos preguntas nos permite alimentar nuestra espiritualidad de una forma saludable, dispuestos a buscar y entender las respuestas a estas como añadidura hacia una vida más plena.

2. El segundo paso es descubrir cuál es tu espiritualidad. Para que nuestra espiritualidad nos sirva de ayuda es extremadamente importante delinear, no solo en qué creemos, sino qué creemos sobre ello. Esto será lo que en momentos de incertidumbre nos dará tranquilidad y nos permitirá seguir hacia adelante.

3. El tercer paso es incorporar estrategias que te ayudarán con tu autocuidado. Estos pueden ser espacios donde tu puedas acudir a ellos en momentos de estrés (minutos de oración, repetición de afirmaciones, descanso de mindfulness); en fin, estrategias que vayan acorde a tus creencias.

4. El cuarto paso parece ser el más sencillo, más - en momentos de mucho estrés - suele ser el más difícil: CONFIAR. Una vez que tienes una base sólida de creencias, entiendes que todo va a suceder como tiene que suceder. Confiar consiste en entender esto mientras haces el mejor esfuerzo posible para dirigirte hacia el camino correcto; entendiendo que a veces los fracasos son solo empujes para re-encaminarte hacia tu bien mayor.

Al finalizar tus días de estudio, recomiendo que realices una lista de 3 a 5 cosas que aprendiste en el día y cómo las puede aplicar a tu espiritualidad y tu vida en general. Además, para finalizar el día agradecidos, podemos realizar una lista de 5 cosas del día por las que estamos agradecidos. Esto permitirá, no sólo que cultivemos nuestra conexión con ese ser supremo, sino que podamos terminar nuestro día tranquilos/as y listos/as para empezar el próximo día seguros/as de que será uno maravilloso.

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